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Autora: La Lolita Malhablada, blog
Edición de estilo: Nadia A.
Autora: La Lolita Malhablada, blog
Edición de estilo: Nadia A.
El día que acepté mi
amargura, irónicamente: Fui feliz. He llevado psicoterapia
profesional y
sé que es importante ser positiva hasta cierto punto, por ejemplo:
Si he estudiado para un examen puedo ser positiva y tranquilizarme,
en vez de ser un manojo de nervios porque sé que estudié. Si mi
universidad ha retrasado otro año la entrega de mi título puedo ir
a patear una puerta o puedo ser positiva y decir "Ni hablar, la
vida sigue"
y ver qué puedo hacer. Pero, cómo en casi todas las cosas en esta
vida, hay límites y los extremos no son buenos.
Llegué el momento en que
el pensamiento positivo me empezó a molestar, lo veía hasta en la
sopa: Calcomonías, frases en facebook, anuncios que me decían
"Sonríe todo estará bien", "Todo depende del cristal
con que se mire", "Decreta y lo tendrás" y demás. Y
pues… Aún con la terapia que llevé, aún habiendo aprendido a
controlar hasta cierto punto mis emociones y ser más racional que
antes, estos mensajes de plano me parecían totalmente fuera de lugar.
¿Uh? No estoy segura
Sé que siendo más
positiva podré ver más opciones que si estoy enojada o estresada,
pero de ahí hay un gran trecho para llegar a pensar que: "Todo
lo que te pasa es por algo", "Todo estará tan mal o bien
como tú lo veas", "Todo acontecimiento es una oportunidad
que el universo te está dando", etc. Este tipo de pensamiento
te lleva a pensar que si algo no te sale bien, es por dos
explicaciones: Es una prueba del universo para ser mejor persona o
Tú no te esforzaste lo suficiente.
Y me rehúso a
creer algo tan simplista: A veces la vida apesta y no tenemos control
sobre ello. A veces hacemos
todo correctamente, con todo nuestro esfuerzo y empeño, pero si el
mundo fuera justo tendríamos las equivalencias siguientes: Esfuerzo
= Éxito, Bondad y Rectitud = Justicia, Amabilidad = Amor, etc., y
viviríamos en una utopía. Pero sabemos que así no se dan las
cosas, que puedes ser la persona más buena y trabajadora y tus
esfuerzos no serán bien recompensados, puedes ser un cabrón,
corrupto, ignorante y abusivo, y puedes ser presidente (cof cof).
Las personas que no creemos o practicamos este tipo de pensamientos positivos somos consideradas de lo
peor: Amargosas, que no quieren crecer, retrógradas, etc. Está mal visto ser la persona que señala una posibilidad negativa
en un proyecto "Eso podría no funcionar por tales razones",
"No creo que sonreír me saque del apuro en el que me
encuentro"... ¡Uta! Se te echan todos encima. Otra
cuestión, que pocos consideran, es que si te fuerzas a ver sólo en lo
positivo comienzas a rechazar lo que no lo es, ¿Qué se puede aprender de la vida si estamos negando y bloqueando lo negativo?
Confundir ser positivo con estar en negación es una peligrosa manera de pensar si te encuentras, por ejemplo, en un trabajo o en relaciones abusivos, dónde en vez de aceptar que algo está mal y aceptar lo que esta sucediendo, pensar positivo se confunde con la negación. Decidí que no caeré en esas situaciones: Me rehúso a vivir en un mundito
rosita ficticio, en pensar bien de todos; me rehúso a no quejarme y poner la otra mejilla cuando me echen mala leche.
Además, la idea totalitaria de que tú decides cómo te
sientes y cómo reaccionas con las actitudes de los demás no es del todo cierta: Si una persona me
empuja a propósito puedo: Ignorarla y alejarme o bien, empujarla yo también y comenzar una pelea. Yo decido cómo
reaccionar en ese caso, pero aveces tenemos relaciones muy estrechas, o en las que nos encontramos subordinadas (escuela, empleo, como huéspedes) que hacen cosas que constantemente nos
causan sentimientos negativos y no siempre aplica la simplista y
positiva frase "Tú decides cómo reaccionar". A mí me parece que hay
gente con la que somos mejores personas, es más fácil que salga lo
mejor de nosotros cuando estamos a su lado, crecemos en todos los
aspectos. Por otro lado también hay gente que tiene la capacidad de
arrastrarnos a oscuros infiernos. A veces no podrás decidir como reacionar, y lo más saludable sería alejarte lo más posible y buscar algo más saludable.
- Debemos buscar ayuda profesional (no charlatanes) cuando nos encuentremos en situaciones que nos produzcan constantemente emociones negativas
- Encontrar el punto medio entre pensar positivo y entrar en negación: Aceptando nuestros sentimientos, analizarlos y encausarlos
- Finalmente, darnos la oportunidad de ser amargosas/os porque se vale, porque cómo ser es humanos tenemos derecho a quejarnos, y no le debemos sonrisas forzadas a nadie.
Enlaces de interés:
Sobre el fraude y la exageración del pensamiento positivo
desde hace algunas décadas:
- "El fraude de la "Ciencia de la Felicidad"
- Vídeo: "Sonríe o Muere. En contra del pensamiento positivo obligatorio"
- "El fraude de la "Ciencia de la Felicidad"
- Vídeo: "Sonríe o Muere. En contra del pensamiento positivo obligatorio"